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Bloody Mary

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Obviamente es un cóctel que lleva vodka, zumos de tomate, limón, naranja, y sal, también se pueden añadir varias salsas como tabasco, o aceitunas, pepinillos, y lo que el gusto y la imaginación dé de sí. El zumo de tomate le da un aspecto sangriento de ahí su nombre «bloody», pero «Mary», ¿Por qué Mary?

Nada más y nada menos que Mary le viene por María Tudor, primera Reina de Inglaterra, segunda esposa de Felipe II, único consorte real con título de rey en la historia de Inglaterra, hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII de Inglaterra, y nieta de los Reyes Católicos.
María I de Inglaterra era una mujer bellísima y muy culta, hablaba varios idiomas y tocaba varios instrumentos musicales, fue muy desgraciada pues ansiaba dos cosas en su vida y no consiguió ninguna. La primera tener un heredero de Felipe II, al que amaba profundamente pero era estéril, su matrimonio duró 4 años, desde 1554 hasta 1558 en que murió sin descendencia. Y la segunda devolver la religión católica a Inglaterra, pero su sucesora Isabel I, restableció el protestantismo independiente de Roma.

María llegó a ser Reina de Inglaterra, en contra del testamento de su padre Enrique VIII, y fue Reina Consorte de España, aunque no fue querida por su marido Felipe II que solo veía en ella una unión política que beneficiaba a España porque aseguraba los territorios de Flandes. Lo que si obtuvo fue el cariño del pueblo inglés y por supuesto de la iglesia católica, eso la valió para ser proclamada Reina de Inglaterra.

María I de Inglaterra ha pasado a la historia como María Sangrienta. Al no quedar embarazada de Felipe II la convencieron de que era porque no perseguía a los herejes suficientemente, empezando así la matanza de los que no profesaban la religión católica, llegando a quemar en la hoguera a más de 300 religiosos.

La quisieron casar primero con Francisco I de Francia, luego con el Emperador Carlos V, al final se casó con el hijo de este, Felipe II, y fue sucedida por su hermanastra Isabel I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que gobernó Inglaterra durante 44 años y también murió sin descendencia, ni tan siquiera llegó a casarse, desestimó incluso las proposiciones de Felipe II, y más tarde protagonizó con este una larga guerra que arruinó a ambos países.

La historia depende de decisiones personales, y en muchas ocasiones estas son caprichosas, o tomadas simplemente por defectos o por errores personales, la vida de María parece una montaña rusa.

Nació en una familia feliz, recibió la mejor educación pero su madre Catalina no se quedaba embarazada de un varón como quería Enrique VIII, empezando este una relación con Ana Bolena y pidiendo al papa la anulación de su matrimonio con Catalina, pero el papa no se lo concedió se cree que por intercesión de Carlos V.

Enrique VIII encolerizado apartó a Catalina y a María del trono de Inglaterra, y renegó del Papa y de la Iglesia Católica, fundando la Iglesia Anglicana para satisfacer su deseo personal de casarse con Ana Bolena, con la que tuvo a Isabel que sería la sucesora de María.
Cuando peor lo está pasando muere su padre Enrique VIII y es decapitada su madrastra Ana Bolena, y es proclamada Reina de Inglaterra por aclamación popular, aunque murió triste y sola, sin descendencia y sin el cariño de Felipe II.

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