Los musulmanes atravesaron el estrecho en el año 711 al mando de Tarik, derrotaron a Don Rodrigo en Guadalete, y la península ibérica se convirtió en al-Andalus gobernada por un Emir, una nueva provincia del califato de la dinastía Omeya de Damasco.
En el siglo VIII la dinastía Omeya es derrotada por la familia Abasi, pero un miembro de los omeya, Abd ar-Rahmán logra escapar llegando a al-Andalus e independizándose políticamente del califato, fijando la capital en Córdoba.
En el año 929 Abd ar-Rahmán III se independiza totalmente del Califato, y se nombra Califa con poder total tanto político como religioso.
El Califato de Córdoba duró hasta el año 1031, poco después de la muerte de Almanzor (1002), y se descompuso en los reinos de taifas, mucho más débiles que el califato y subsistían pagando parias a los reyes cristianos.
La reconquista avanzó pese a las invasiones de almorávides (1086) y almohades (1161) del norte de África. El 16 de julio de 1212 tiene lugar la batalla de las Navas de Tolosa donde las tropas de castellanos, navarros, aragoneses y portugueses vencieron a los almohades reduciéndolos al reino de Granada, que no se reconquistaría hasta casi tres siglos después.
Almanzor perdió el tambor en Calatañazor
El periodo de mayor esplendor del islam en España fue el califato de Córdoba (929-1031), fundado por Abd-al-Rahmán III que ostentaba el poder político y religioso. Al principio residia en el alcázar de Córdoba y mas tarde construyó Madinat al-Zahra que se convirtió en el centro del poder de Al-Andalus.
Del Imperio Romano al nacimiento de Castilla
Los Visigodos eran un pueblo germánico que logró penetrar en España en el año 414, eran aliados de Roma principalmente contra los pueblos bárbaros que se dedicaban al saqueo (Suevos, Vándalos y Alanos).