Ambos lados del estrecho han estado siempre unidos, desde tiempos de los romanos, pasando por manos bizantinas y visigodas, terminando en el siglo VIII en manos árabes.
En el caso de Ceuta en 1415 cayó en poder de Portugal, y ya en 1580 quedó unida a España al unificarse esta con Portugal. En la guerra civil española (ni existía Marruecos) fue clave, pues desde Ceuta Franco envió tropas a la península.
En el caso de Melilla pasa exactamente igual pero sin pasar por manos portuguesas, ya que en 1496 se apodera de ella el duque de Medina-Sidonia para España, tanto la ciudad como el resto de la autonomía, o sea, los peñones de Alhucemas y las islas Chafarinas. Desde entonces se convierte en baluarte contra los turcos, por eso fue objeto de numerosos ataques, sin poder ninguno de ellos arrebatarle dicho territorio a España.