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Don Rodrigo y Doña Jimena

cid

Parece difícil creer que el matrimonio entre Don Rodrigo y Doña Jimena fuera una alianza política más que un matrimonio por amor, incluso fue Don Rodrigo el que mató al Conde Diego Rodríguez, el padre de Doña Jimena, en una disputa.

Y todavía extraña mas pues Don Rodrigo era tan solo un Alférez del Rey Sancho II, y Doña Jimena era una noble, nieta del Rey de León, Alfonso V, pero así fue.

Rodrigo Díaz nació en Vivar (Burgos), entre el 1040 y 1043, según las fuentes, pronto quedó huérfano y se crio en la corte de Fernando I, junto a su hijo Sancho. Se le conoce mas como El Cid Campeador, Cid le llamaban los moros, viene de Sid que quiere decir Señor, y Campeador le llamaban los cristianos, por Campi Doctor, sabedor o conocedor del campo de batalla. Era una época donde la guerra era un arte, y al enemigo se le valoraba, incluso se le respetaba. Posiblemente el enemigo con el que más veces luchó fue Berenguer II, y casó a su hija con un hijo de este, Berenguer III.

La Península Ibérica era un hervidero de guerras, los cristianos querían reconquistar España a los moros, guerras entre los Reinos de Taifas, y guerras civiles entre cristianos, ya que Fernando I el Magno, reparte sus tierras entre sus 5 hijos, al primogénito Sancho deja Castilla, a Alfonso le deja León y Asturias, a García deja Galicia y Portugal, a Elvira Toro, y a Urraca Zamora.

El Cid luchó junto a su amigo y señor Sancho II, Rey de Castilla, para reunificar el reino de su padre, y contra los hermanos de este, hasta que Bellido Dolfos mató a Sancho II, se cree que mandado por su hermano Alfonso VI, que a partir de ese momento fue coronado Rey de Castilla. Es entonces, en 1074, cuando El Cid se casó con Jimena.

En 1080 sufrió el destierro de Alfonso VI, con el pretexto de quedarse con parte de los impuestos que Castilla cobraba a Sevilla, aunque la razón verdadera es que Alfonso VI sabia que el Cid sospechaba que estaba relacionado en el asesinato de su hermano Sancho II.

Luchó junto al Rey de Zaragoza Al-Mutanit, y contra el Conde de Barcelona Berenguer II, venciéndole y haciéndole prisionero, aunque le dejó escapar y tuvo que luchar contra él en varias ocasiones. Entró triunfante en Zaragoza con su espada Tizona y su caballo Babieca, y se ganó el sobrenombre por parte de los moros de «milagro de Dios».

Los Almorávides atacaron la península, y Alfonso VI se vio obligado a llamar al Cid para defenderse, este obtuvo una victoria importante ante los Almorávides en Despeñaperros. Muchos piensan que libró a Europa de una segura invasión Almorávide, pero Alfonso VI le vuelve a desterrar.

En 1094 se apoderó de Valencia, ya a nivel personal, y reinó en el levante, cobrando tributos a la parte oriental de la Península, hasta que en 1099 murió. Los moros se enteraron de su fallecimiento, y se lanzaron sobre Valencia, pero Jimena resistió con la ayuda de Pedro I de Aragón, y Berenguer III.

La leyenda dice que Jimena montó el cadáver del Cid sobre Babieca, le colocó la Tizona, y los moros al verle salieron corriendo despavoridos, creyendo que El Cid estaba vivo. Por eso se dice que ganó batallas incluso después de muerto.

Así gobernó Jimena 3 años más, con la ayuda de su yerno Berenguer III.

En 1101 se retiró de Valencia ante el acoso de Yusuf, recogió el cuerpo del Cid y lo llevó Convento San Pedro de Cárdena, donde vivirá hasta su muerte.

En la Guerra de la Independencia los franceses profanaron su tumba, pero los restos se recuperaron y fueron sepultados en la Catedral de Burgos, donde siguen hoy en día.

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