Los Reinos Cristianos

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Frente al avance musulmán los reinos cristianos resisten en el norte peninsular, pero ante el debilitamiento de al-Ándalus estos núcleos de resistencia se extienden en lo que se ha llamado la Reconquista.

La Reconquista la inició Don Pelayo en el año 718, en la batalla de Covadonga donde venció a los musulmanes. El reino asturiano sigue su expansión con los reyes Alfonso I, Alfonso II y Alfonso III, en el siglo X se convierte en el reino de León, trasladando la capital a León.

El reino de Pamplona que dio origen al reino de Navarra lindaba al norte con los francos y al sur con los musulmanes, y con ambos sufría tensiones territoriales, con Sancho García I iniciará la repoblación.

El condado de Aragón surge en torno a Jaca de la mano de la familia Galindo, en el año 925 tiene lugar la primera unión con el reino de Navarra.

Los condados Catalanes nacen cuando los reyes francos intentan crear una zona fronteriza frente a los musulmanes llamada Marca Hispánica. De estructura feudal muy acusada, los nobles y clérigos eran los dueños de las tierras y de los campesinos que las trabajaban.

Después de la descomposición del califato de Córdoba en los reinos de taifas los reinos de León y Castilla (que se ha independizado de León) se extienden hasta el Sistema Central y la cuenca del río Tajo, pero sufren el freno de la invasión almohade.

En 1212 tiene lugar la batalla de Las Navas de Tolosa en la que castellanos, navarros, aragoneses, portugueses y cruzados europeos vencieron a los musulmanes en Despeñaperros.

Fiesta de Castilla y León

Cada 23 abril recuerdo como durante la transición, la artificiosa formación de Castilla y León nos hurtó las provincias de Santander y Logroño, convirtiendo estas provincias en las Comunidades de Cantabria y La Rioja respectivamente, eran tiempos en que todo valía con tal de contentar a algunas élites y calmar ciertas ideologías.

María de Molina

Después de las Navas de Tolosa (1212) Al-Ándalus quedó recluida al reino de Granada, pero las disputas continuaban entre los propios reinos cristianos, y dentro de los reinos cristianos entre nobles y monarcas, la nobleza atesoraba tanto poder que le disputaba la hegemonía a los reyes. Tiempos de apaños, componendas, y de chanchullos para controlar el poder o incluso hacerse con el, y tiempos también de abusos de la nobleza hacia sus súbditos o vasallos que desprotegidos tenían que sufragar los gastos de sus señores.