En el 241 a.C terminaba la Primera Guerra Púnica con la derrota de Cartago a manos de los romanos, teniendo que ceder Sicilia, Córcega y Cerdeña, y además pagar tributos a Roma.
Pero Cartago no se resignaba a ser una simple colonia romana, empezó comerciando con los poblados de la Península Ibérica de forma amigable, pero necesitan ocuparla para obtener el máximo beneficio para pagar los costes de la guerra, primero la Turdetania (Andalucia) donde Amilcar Barca no encuentra oposición, pero mas al norte se encontrará con la oposición de los pobladores de la Península Ibérica, como los Griegos en el este que pedirán ayuda a Roma.
Fundan Cartagena, la Cartago Nova romana, su gran base de operaciones.
En ese momento (228 a.C) se firma más o menos la paz entre cartagineses y romanos, estableciendo que los cartagineses no pueden pasar del Ebro hacia el norte.
Entre los años 218-201 a.C tiene lugar la segunda guerra púnica. Cartago ya con Aníbal, hijo de Amilcar Barca, ataca Sagunto, sabiendo que tienen un pacto con Roma y comenzando la Segunda Guerra Púnica. Sigue hacia el norte por Cataluña hacia Roma pasando los Alpes con su ejército que incluía elefantes africanos, ocasionando derrotas importantes a los romanos.
Publico Cornelio Escipión se hace cargo de las operaciones y llega a la conclusión de que la manera de vencer a Aníbal es aislarlo en Roma, para eso es necesario atacarlo en España donde tiene la base de sus provisiones. Para eso cruza el Ebro hacia el sur con la idea de tomar Cartago Nova, aunque era prácticamente inexpugnable.
Escipión toma Cartagena, y asiste un golpe casi definitivo a Cartago que va cayendo batalla tras batalla en muy poco tiempo.
En la tercera guerra púnica 149-146 a.C Escipión se enfrenta a Aníbal en África y le vence. Cartago es destruida por completo y eliminada del mapa, quedando Roma como única potencia en el Mediterráneo.
