Podríamos remontarnos todo lo que quisiéramos, y cuanto más nos remontemos mas se transformaría la historia en relatos, cuentos o leyendas. Pero merece la pena conocer cuál es el origen, real o figurado, del hecho histórico que más ha influido en la historia del mundo, y por supuesto en la historia de España. Todo al margen de si todo esto se produjo en realidad o es falso, porque entraríamos en el terreno de la fe y ese no es mi objetivo.
Cuenta la leyenda que fue concedida la tierra prometida a Abraham, para él y para sus descendientes. Su mujer era muy mayor para concebir hijos pero aún y así se quedó embarazada y concibió un hijo llamado Isaac. Este tuvo un hijo llamado Jacob, y este a Israel que tuvo 12 hijos, como los 12 apóstoles, que fueron los patriarcas de las 12 tribus de Israel.
Algunos historiadores datan de mediados del siglo XV, durante el reinado de Tutmosis IV, y después de sufrir las 7 plagas, cuando tiene lugar la salida de los esclavos israelíes de Egipto a Palestina liderados por Moisés. Más tarde le serian revelados los 10 Mandamientos y la Torah, donde se perfilan los valores que transmitidos por el cristianismo han llegado hasta nosotros, como igualdad, democracia, protección de la familia, o ritos y tradiciones como el calendario con su día de descanso, la Navidad, etc.
El segundo Rey de Israel se llamó David, conocido como el que derrotó al gigante filisteo Goliat. Sería revelado que El Mesías sería descendiente de la Casa del Rey David. Más tarde el Emperador Romano Domiciano mandó matar a todos los descendientes de este Rey temeroso de ese Mesías. Jesús, que era descendiente del Rey David, tuvo que marchar a Egipto.
Poco después este Jesús y sus discípulos se dedicarían a promulgar una renovación de la religión, que principalmente se resume en la frase “amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” que le ocasionaría la muerte en la cruz, principalmente por querer desligar el poder político del poder religioso “a Dios lo que es de Dios, y al césar lo que es del césar”.
Pablo de Tarso, judío y romano, como buen fariseo era cumplidor estricto de la Torah o las normas de Moisés aunque no creyera en ellas, y opuesto y perseguidor de los cristianos. Un día el sanedrín judío le encomendó perseguir a los cristianos de Damasco, pero en esta ciudad sufrió la conversión al cristianismo y fue bautizado. Hizo varios viajes apostólicos, proclamó varias cartas y epístolas en las que el mensaje fundamental es que la salvación no se logra cumpliendo estrictamente la Torah, como hacían los fariseos, sino únicamente teniendo fe en Jesús y su obra.
En el año 50 comienza un nuevo viaje que cambiará la historia mundial para siempre, porque ese viaje lo hace a Europa, convirtiendo a los europeos al cristianismo, dicen que incluso llegó a España.
De vuelta a Asia es encarcelado después del incendio de Roma, en el año 64, y es decapitado. Su labor es tan importante para la historia, que si Jesús puso la semilla del cristianismo, fue Pablo de Tarso el que la distribuyó por Europa, el continente que mas influirá en la historia de la humanidad.
Desde su nacimiento el cristianismo fue perseguido y represaliado brutalmente, con numerosas ejecuciones como la del Apóstol Pedro o Pablo de Tarso de las formas más terribles como la hoguera, la cruz o las fieras en los circos.
Hasta que a finales del siglo IV el emperador español Teodosio declara el cristianismo como la religión de Roma, pasando esta de estar perseguida a estar protegida, de ser un enemigo a ser un aliado, todo un milagro para los cristianos de aquella época.
Los ejes principales de la cultura occidental y por supuesto la española, son el cristianismo espiritualmente y la romanización culturalmente.