El posmodernismo es un movimiento filosófico y cultural, que ha surgido a partir de la década de los 60 como reacción a los valores y principios de la modernidad.
Se considera modernidad a un estado de conciencia o una serie de ideas que emergieron durante la Edad Moderna y que prácticamente se extienden hasta la actualidad, como son el humanismo, el racionalismo, la secularización, la individualidad y la confianza en el progreso científico y tecnológico, y más tarde los derechos civiles, la industrialización y la democracia, tal y como la conocemos hoy en día.
En la Edad Moderna, con el Renacimiento (vuelta a la cultura clásica), y el Humanismo (centrando la importancia en el ser humano), se produjo un desplazamiento del centro de la visión del mundo, de Dios hacia el hombre, un hombre sin determinar, en general, universal, que se basaba en la razón para buscar la verdad, como dijo Descartes “pienso, luego existo”, o Kant “la modernidad supuso la mayoría de edad para el hombre”
Con la modernidad (igual que en la Edad Media), se sigue pensando que la verdad absoluta existe (lo verdadero y lo falso), y también existe una moral universal (lo bueno y lo malo), pero se busca a través de la razón y de la ciencia, y no a través de la fe como se hacía en la Edad Media.
Con la razón se encuentra la verdad absoluta, porque existe (verdad occidental), pero esa verdad absoluta choca y da lugar a conflictos con quienes no piensan igual, que se resuelven mediante la dialéctica. Hegel pensaba que la evolución se produce a través de la dialéctica, un concepto se enfrenta a su opuesto y de ese conflicto nace la solución (tesis + antítesis = síntesis)
La sociedad en la modernidad es una sociedad disciplinada, que prefiere la seguridad antes que la libertad, es una sociedad que cree en el progreso, entendiendo que cualquier tiempo futuro será mejor que el pasado, es un tiempo teleológico en el que lo importante es el futuro, el sentido de la vida es el futuro.
A finales del siglo XIX se desarrolló lo que más tarde se llamó “La escuela de la sospecha”. Se empezó a pensar que el hombre había fracasado en su intento de sustituir a Dios en el centro de la vida, se perdió la esperanza en el futuro, y la razón se degradó en la búsqueda de la verdad que daba sentido a la vida.
El hombre perdió la confianza en sí mismo, y se le consideró “sospechoso” de que pudiera ser el sustituto de Dios. El mundo entró en crisis y se produjo la gran depresión de 1929, fue tiempo de genocidios y campos de concentración, de guerras mundiales y más tarde de guerra fría.
La “Escuela de la sospecha” estuvo liderada principalmente por tres pensadores:
- Karl Marx, que pensaba que al mundo lo movía la lucha de clases
- Friedrich Nietzsche, que interpretó la vida como expresión de la voluntad de poder del hombre
- Sigmund Freud, que pensaba que al mundo lo movía la angustia de la búsqueda de satisfacción determinada por complejos de naturaleza sexual.
Más tarde, estas formas de pensar darán lugar a ideologías como el materialismo, el nihilismo y el psicoanálisis, respectivamente.
El posmodernismo es un movimiento filosófico y cultural, que cuestiona los principios filosóficos de la Ilustración, que son los principios sobre los que se basa la civilización moderna. Cuestiona que la razón y la ciencia sean las únicas formas de conocimiento, puesto que ambas dan lugar a error y no son universales, piensa que la verdad absoluta no existe y que lo más importante es entender como los individuos perciben su propia realidad.
En la filosofía medieval la verdad era Dios, en la filosofía moderna surgió el antropocentrismo y el centro de atención era el hombre en general. En la filosofía posmoderna lo importante es la persona en singular, el foco se pone en el hombre o la mujer con rostro, es el culto al yo, la prioridad soy yo y el otro deja de existir.
La razón es sustituida por el sentimiento o el deseo como placer inmediato, que una vez conseguido es sustituido por otro deseo, y así sucesivamente cada vez más rápido. La emoción prima sobre la razón, lo físico o superficial se impone sobre el intelecto o el fondo, aparece el consumismo extremo y las modas, el ciudadano deja paso al usuario o cliente.
El pasado no importa y el futuro desaparece, el valor está en el instante, en el ahora. No hay inicio ni fin, ni causa ni consecuencia. La línea que en la modernidad apuntaba hacia el futuro y daba un sentido a la vida, ahora se curva y se convierte en un bucle cerrado de instantes presentes.
En la posmodernidad no importa la verdad, se renuncia a buscar certezas absolutas y nos invita a abrazar la fluidez y la contingencia de la experiencia humana, porque cada uno de nosotros somos una mera perspectiva de una verdad diversa.
Al no haber verdades, la autoridad y las instituciones entran en crisis, el estado, la educación, la familia, la religión, política, etc.., todo pierde credibilidad. La sociedad se vuelve flexible sin normas, la libertad reemplaza a la seguridad.
La sociedad se rompe y entra en decadencia, deja paso al individuo que se agrupa por necesidades o afinidades, fuera de estos grupos donde el individuo se encuentra a gusto, no hay diálogo, a los demás simplemente se los tolera en el mejor de los casos, en el peor se los destruye civilmente.
Esta visión somete al hombre en la incertidumbre, en un verdadero caos, donde la experiencia humana se vuelve compleja, la seguridad no existe y la verdad se vuelve maleable porque todo es interpretable, la única constante es el cambio. Una vez anulada la razón, la verdad la impone el más fuerte, es decir lo que es justo o injusto lo decide el que tiene el poder.