En el 241 a.C terminaba la Primera Guerra Púnica con la derrota de Cartago a manos de los romanos, teniendo que ceder Sicilia, Córcega y Cerdeña, y además pagar tributos a Roma.
Pero Cartago no se resignaba a ser una simple colonia romana, empezó comerciando con los poblados de la Península Ibérica de forma amigable, pero necesitan ocuparla para obtener el máximo beneficio para pagar los costes de la guerra, primero la Turdetania (Andalucia) donde Amilcar Barca no encuentra oposición, pero mas al norte se encontrará con la oposición de los pobladores de la Península Ibérica, como los Griegos en el este que pedirán ayuda a Roma.
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