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Del Mito al Logos

grecia

La filosofía según Rafael Gambra es “la ciencia de la totalidad de las cosas por sus causas últimas, adquirida por la luz de la razón”

Es decir que la filosofía estudia toda la realidad a través de la razón, las causas más universales y profundas de la naturaleza del ser, sobre su origen y sentido.

Venimos al mundo desamparados y nos  acostumbramos a la realidad poco a poco, sin darnos cuenta, hasta que nos hacemos la pregunta ¿Que hago aquí?

Esto se comprobaría más claramente si viniéramos al mundo de adulto, o podemos imaginamos que hemos tenido un accidente, hemos perdido el conocimiento y nos despertamos solos en la cama de un hospital, lo primero que nos preguntaríamos sería ¿Qué hago aquí? ¿Qué es esto? ¿Cómo he llegado hasta aquí?

Estas preguntas que diferencian al hombre de los animales, son algunas de las preguntas que intenta responder la filosofía, creando diferentes corrientes filosóficas dependiendo de su respuesta.

Pero ¿Cómo se pasó en Grecia del mito al logos?, ¿Cómo una civilización que explicaba todos los aspectos de la realidad, desde una tormenta hasta el amor, desde el cielo hasta el mar, en torno a mitos o a dioses, pasó a buscar la explicación en base a la razón?

En la página que sirve de portada a la sección de filosofía, https://joseantoniojimenezbarcala.es/filosofia/ ya explico las circunstancias que se dieron en Grecia a principios del siglo VI a.C., y que no se daban en otras civilizaciones como la egipcia o la persa, y que posibilitaron el paso del mito al logos.

En el presente artículo analizo someramente el viaje a través de los siglos, de como el hombre colma esa necesidad que tiene de dar un sentido a su vida, y de responder a preguntas como son ¿Qué hacemos aquí? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?

Voy a empezar analizando al mito (anterior al siglo XVIII a.C.), que es símbolo pero todavía no es hecho, es un relato sobre la formación del universo, es el paso del caos al orden gracias a los dioses, porque en un tiempo antiguo de desorden y confusión llegaron los dioses e implantaron la paz y la armonía, y gracias a ellos el hombre encontró la tranquilidad y el equilibrio.

El mito legitimaba el poder político y así cumplía también con el afianzamiento de ese poder y justificación de las acciones del propio Faraón, y de cómo y porque había llegado a ocupar ese cargo.

El mito conservaba el orden impuesto, y lo hombres solo debían imitar a los dioses para conservar esa armonía de la que disfrutaban.

El Faraón, además de rey era el sumo sacerdote, es decir interpretaba la realidad y actuaba en consecuencia, premiando o castigando según se vaya a favor o en contra del orden dispuesto.

El mito también sirve de nexo de unión entre los dioses y los hombres, interpretando los deseos de aquellos y haciéndolos cumplir a estos. Aunque los dioses no eran totalmente libres, estaban sometidos al tiempo y al espacio, eran hijos de cronos y no eran omnipresentes.

El tiempo era cíclico porque se vuelve continuamente al tiempo de los dioses, de esta manera se conservaba el mito para conservar ese orden supuestamente disfrutado.

A diferencia del mito la religión judía (a partir del siglo XVIII a.C.) es símbolo y también es hecho, es decir Dios se muestra tal y como es a Moisés en la zarza ardiente, y siglos después Jesús dará origen al cristianismo cuando el mismo Dios se hace hombre.

El Dios judío va más allá del mito, no es un dios del pasado sino que es un Dios del presente y del futuro, es un Dios que hace promesas para el futuro, el tiempo ya no es cíclico, sino que adquiere una dimensión lineal teleológica.

Antes del Dios judío no había caos porque el tiempo anterior a Dios no existe o es indefinido, además Dios crea el universo desde el orden, desde la perfección.

Dios es infinito, no tiene principio ni fin, ni en el espacio ni en el tiempo, y su poder es absoluto, es decir es omnipresente, eterno y omnipotente. La imperfección (el mal) vendrá a cargo de los hombres, Adán y Eva gracias a la libertad con que Dios creó al hombre caerán en el pecado original.

En la época de los mitos el hombre era finito, tenía principio y fin, pero con el judaísmo el hombre empieza a tener esperanza en la eternidad, pues después de este mundo físico en el que todo se deteriora, vendrá la vida espiritual.

Consideran a Dios como el rey del universo, y obviamente entran en conflicto con el Faraón que no lo puede permitir porque hasta ese momento el rey del universo era él.

Siglos más tarde los cristianos entrarán en conflicto con los Emperadores romanos por el mismo motivo, tanto Egipto como Roma no pueden permitir una religión monoteísta.

En ambos casos triunfó la religión, el faraón tuvo que dejar marchar a los esclavos judíos, y Constantino, emperador de Roma, en el año 312 se convirtió, y con ello al Imperio, al cristianismo.

A partir del siglo VI a.C. nace la filosofía, en el mundo cambiante y perecedero (Heráclito), la filosofía a través de la razón descubrió algo inmóvil y eterno que es el principio de todo, primero con Platón (mundo de las ideas), y después con su discípulo Aristóteles (el primer motor), el pensamiento que se piensa a sí mismo, la realidad metafísica, algo que trasciende el tiempo, la verdad absoluta a la que el hombre puede conocer e incluso aspirar porque está dentro de él, es su parte espiritual.

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