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Nacimiento de España

visigodos

Casi todos los países tienen un origen datable, nacen de procesos emancipadores, independentistas, o fundacionales. En el caso de España no es así, por eso existe el debate porque es imposible establecer una fecha concreta de su nacimiento.

No es descabellado decir que en siglo V, cerca de la caída del Imperio Romano de occidente, los pobladores de Hispania se consideraban diferentes y distantes de Roma, y en Roma los hispanos eran muy considerados, de hecho los últimos emperadores romanos fueron Hispanos, Trajano, Adriano, Teodosio.

Ya en la monarquía Visigoda había un sentimiento de unidad y de pertenencia a una nación común, incluso con su capital, se puede considerar la primera capital de España a Toledo.

Se puede comprobar en el libro de San Isidoro de Sevilla  Historia gothorum (Historia de los godos) con el De laude Spaniae (Sobre la alabanza a España), en el siglo VI, que dice lo siguiente:

Eres, oh España, la más hermosa de todas las tierras que se extienden del Occidente a la India; tierra bendita y siempre feliz en tus príncipes, madre de muchos pueblos. Eres con pleno derecho la reina de todas las provincias, pues de ti reciben luz el Oriente y el Occidente. Tú, honra y prez de todo el Orbe; tú, la porción más ilustre del globo. En tu suelo campea alegre y florece exuberancia la fecundidad gloriosa del pueblo godo.
La pródiga naturaleza te ha dotado de toda clase de frutos. Eres rica en vacas, llena de fuerza, alegre en mieses. Te vistes con espigas, recibes sombra de olivos, te ciñes con vides. Eres florida en tus campos, frondosa en tus montes, llena de pesca en tus playas. No hay en el mundo región mejor situada que tú; ni te tuesta de ardor el sol estivo, ni llega a aterirte el rigor del invierno, sino que, circundada por ambiente templado, eres con blandos céfiros regalada. Cuanto hay, pues, de fecundo en los campos, de precioso en los metales, de hermoso y útil en los animales, lo produces tú. Tus ríos no van en zaga a los más famosos del orbe habitado.
 Ni Alfeo iguala tus caballos, ni Clitumno tus boyadas; aunque el sagrado Alfeo, coronado de olímpicas palmas, dirija por los espacios sus veloces cuadrigas, y aunque Clitumno inmolara antiguamente en víctima capitolina, ingentes becerros. No ambicionas los espesos bosques de Etruria, ni admiras los plantíos de palmas de Holorco, ni envidias los carros alados, confiada en tus corceles. Eres fecunda por tus ríos; y graciosamente amarilla por tus torrentes auríferos, fuente de hermosa raza caballar. Tus vellones purpúreos dejan ruborizados a los de Tiro. En el interior de tus montes fulgura la piedra brillante, de jaspe y mármol, émula de los vivos colores del sol vecino.
Eres, pues, Oh, España, rica de hombres y de piedras preciosas y púrpura, abundante en gobernadores y hombres de Estado; tan opulenta en la educación de los príncipes, como bienhadada en producirlos. Con razón puso en ti los ojos Roma, la cabeza del orbe; y aunque el valor romano vencedor, se desposó contigo, al fin el floreciente pueblo de los godos, después de haberte alcanzado, te arrebató y te armó, y goza de ti lleno de felicidad entre las regias ínfulas y en medio de abundantes riquezas.

San Isidoro de Sevilla

El sentimiento de unidad o pertenencia a la nación ya existía en el siglo VI, se rompió con la invasión árabe en 711, y por eso podemos hablar de reconquista de España iniciada por Don Pelayo en el año 722 con la Batalla de Covadonga y concluida por los Reyes Católicos en 1492.

Se puede considerar el origen de España en ese siglo VI, aunque luego vieran otros hechos históricos como la boda de los Reyes Católicos con la unión de Castilla y Aragón y la Reconquista de Granada, la invasión francesa y la reacción popular, con la proclamación de la primera Constitución española el 19 de marzo de 1812, la Constitución de la España de los dos hemisferios, que supuso el refrendo político de España como estado moderno, como monarquía constitucional. La Constitución de la soberanía nacional, la soberanía ya no reside en el Rey sino en la nación española, es decir en todos los españoles.

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