Carlos I de España, nieto de los reyes Católicos, nació en Flandes y prácticamente no hablaba español. Necesitaba dinero para pagar su elección imperial y sus guerras en Flandes, pero Castilla no estaba dispuesta a sufragar esos gastos.
Entonces se creó el movimiento comunero con el fin de destronar al Rey. Para ello necesitaban un monarca y un ejército fuerte, pero no tenían ninguna de las dos cosas.
Fueron a ver a Juana la Loca, madre de Carlos I que estaba recluida en Tordesillas y se dieron cuenta que realmente estaba loca y además no quería enemistarse con su hijo.
Tampoco constituyeron un ejército fuerte, pues la nobleza decidió apoyar al rey, y aunque querían recuperar los privilegios que los quitaron los Reyes Católicos, prefirieron no arriesgar lo que tenían.
Debido a la diferencia de fuerzas, prácticamente no hubo ni batalla. Al día siguiente ejecutaron a los cabecillas Padilla, Bravo y Maldonado.
Algunos piensan que esta fue la primera revolución moderna para cambiar de régimen, como la inglesa o la francesa que vendían después. Aunque más bien lo de Villalar el 23 de abril de 1521, fué un intento de cambiar un rey que quería que Castilla le pagara sus gastos y los de su corte en Flandes, por otro que mirara más y mejor por los intereses de Castilla.