15.- Religión y masonería -

La historia misma se puede concebir como una pugna entre iglesia y masonería. La masonería ha combatido a la iglesia católica siempre que ha llegado al gobierno y en todos los frentes, tanto económicos por ejemplo con las desamortizaciones, como de personal contra curas, monjas u órdenes religiosas, y también ideológicos cerrando monasterios y conventos.

Los papas se han defendido condenando a la masonería en repetidas ocasiones. Condena de excomunión en 1728 del papa Clemente XII “por la seguridad de los estados y la salvación de las almas”, en 1751 segunda condena del papa Benedicto XIV, en 1884 en la “encíclica Humanum genus” de León XIII, en 1983 en “declaración de las asociaciones masónicas” de Joseph Ratzinger.

Juan Pablo II dijo que “una democracia sin valores, es decir donde todo es relativo, se convierte en una dictadura, en ausencia de ley, porque hasta la propia ley se relativiza”.

Benedicto XVI dijo “vivimos en la dictadura del relativismo”, expresión contradictoria ya que relativismo se asocia a tolerancia, y dictadura a autoritarismo, relativismo se asocia a colectivo y dictadura a una o pocas personas.

Lo que ambos papas quieren decir es que los gobiernos, en nombre de la tolerancia y del dialogo, están imponiendo un pensamiento único. Por el contrario cuando una persona se muestra segura de una verdad se le considera en potencia peligroso. Pero si se impone el pensamiento único, se elimina el diálogo, o el debate le gana el más fuerte, es decir el que se enfrenta al pensamiento único se le defenestra socialmente.

El objetivo de la masonería, como dijo el papa Clemente XII, es la disolución de los estados y de las almas, mediante el control de los gobiernos y la destrucción de la religión, “solve et coagula” o sea “disolver y coagular”. Para destruir la religión es necesario el control de la familia y la educación (leyes ideológicas), y el control del pasado (historia y medios de comunicación).

Ya lo dejo escrito George Orwell en “1984”, una distopía donde existe un Ministerio de la verdad con pensamiento único, “la verdad es lo que diga el gobierno”, además “Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controlará el futuro”.