Al inicio de la Edad Moderna se dejaba atrás la crisis de las instituciones, económica, y social, con los estados nación se modernizaban las instituciones. El humanismo daba lugar a cambios en el pensamiento, la filosofía, y el arte, pero la iglesia tenía problemas que no conseguía resolver.
Los estamentos de la edad media eran tres, el clero (ofrecían sus servicios religiosos), la nobleza (protegía a los habitantes de sus dominios) y campesinos (los que pagaban impuestos).
Uno de los tres estamentos de la Edad Media estaba en crisis, la ostentación de los jerarcas de la iglesia (que predicaban austeridad), la venta de indulgencias (dinero a cambio del perdón) y reliquias (venta de objetos supuestamente sagrados), la falta de preparación y de fe del clero (eran los intermediarios entre Dios y los creyentes), los abusos de la iglesia denunciados por Martín Lutero fueron la excusa perfecta para que los príncipes alemanes se libraran de un golpe del emperador y del papa, asumiendo ellos todo el poder tanto político como religioso.
Carlos I de España accedió al trono en 1516 y se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1520, prácticamente a la vez del estallido de la Reforma luterana. Este fue un problema que le persiguió hasta su abdicación en 1555.
En el año 1521 tuvo lugar la Dieta de Worms, una asamblea presidida por Carlos V con los príncipes alemanes, a la que fue convocado Lutero y en la que no se retractó de sus tesis contra la iglesia católica.
En 1526 después del éxito de Carlos V contra Francisco I en la Batalla de Pavía, convocó la Dieta de Espira, en la que Carlos V intentó de nuevo aplicar el Edicto de Worms pero le fue imposible, todavía peor, los príncipes lograron el poder de decidir la religión en su propio territorio, esto provocó la expansión del protestantismo porque cada vez más príncipes se pasaban al protestantismo.
Carlos V intentó de nuevo solucionar el problema de forma pacífica y en 1530 convocó la Dieta de Aubsburgo, en la que intento de nuevo poner en valor el Edicto de Worms. Le fue imposible y esta vez se convenció de que el problema no podía solucionare de forma pacífica, renunció a la postura conciliadora y se resignó a hacer uso de la fuerza.
Los príncipes germánicos reaccionaron creando en 1531 la Liga de Esmalcalda, pretendían solucionar el problema religioso mediante las armas, y además lograron la alianza en 1532 con Francisco I de Francia, que aunque era católico tomó parte por los príncipes protestantes para perjudicar a España, su gran enemigo.
En 1534 tiene lugar la separación de la iglesia de Inglaterra por parte de Enrique VIII, pero antes en 1532 los turcos invadieron Austria, Carlos V acordó la tregua con los príncipes alemanes en la Dieta de Ratisbona y se centró en derrotar a los otomanos en Austria con el apoyo de los príncipes católicos.
En 1545 empezó el Concilio de Trento, se convocó a los protestantes en una ciudad teóricamente neutral, pero estos no asistieron. Carlos V seguía intentando el dialogo con los protestantes, pero no logaba el acuerdo entre estos y el papa.
Las tropas católicas vencieron a las protestantes en la batalla de Mühlbert en 1547, Carlos V sustituyó a Federico I por Mauricio de Sajonia que le era favorable. Intentó la reconciliación entre las dos iglesias restableciendo el catolicismo en toda Alemania, con importantes concesiones a los protestantes, pero no le fue posible, el Papa no apoyó al Emperador y los protestantes no estaban dispuestos a conformarse con simples concesiones, y la guerra pronto se reanudó.
Pero poco le duró la alegría, los franceses atacaron los territorios españoles en Italia, y Mauricio de Sajonia traicionó a los católicos y se puso al frente de un ejército protestante, el Emperador tuvo que huir del castillo de Innsbruck por una puerta secreta.
En 1552 el Emperador fue derrotado de nuevo al intentar tomar la ciudad de Metz, lo que resultó una humillación para Carlos V. Un ejército de 55.000 soldados, dirigido por el Duque de Alba fue vencido por los franceses.
En 1555 Fernando de Austria en representación de su hermano Carlos V firmó la Paz de Augsburgo, mediante la cual los señores alemanes tenían libertad de elegir religión y obligar a sus súbditos a profesar esa misma religión, quedándose además con los bienes de las iglesias católicas, en forma de tierras, edificios, etc.
Entre 1555 y 1556 tuvieron lugar las abdicaciones de Bruselas mediante las cuales Carlos V renunció al Imperio alemán en beneficio de su hermano Fernando, y le dejó todo lo demás a su hijo Felipe II, que heredó entre otras cosas el conflicto religioso-político que se convertirá en 1618 en una nueva guerra.
Otros capítulos de esta serie
Reforma protestante y Masonería
02.- De la Edad Media a la Edad Moderna
04.- Antecedentes de la ruptura de la iglesia católica
07.- Otras iglesias protestantes
08.- Consecuencias de la ruptura de iglesia católica
09.- Las guerras de religión en Flandes
10.- Las guerras de religión en Francia
11.- Las guerras de religión en Inglaterra