La ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que se desarrolló durante el siglo XVIII, el siglo de las luces, y que con el tiempo transformó las estructuras del Antiguo Régimen.
La ilustración representa un cambio de mentalidad, Kant dijo que “la ilustración es la salida de la minoría de edad del hombre del que él mismo era culpable”.
Durante el absolutismo el hombre vivía bajo el amparo del rey y de la religión, y no podía cuestionar nada. A partir de la ilustración el hombre es libre de pensar y actuar por sí mismo usando la razón, que es el único medio para lograr la verdad absoluta, tiene derecho a la libertad individual y la igualdad con los demás.
La ilustración en política trajo como consecuencia la división de poderes y la soberanía nacional. Antes todo el poder y la soberanía nacional residía en el rey, con la ilustración el poder se divide en legislativo que aprueba las leyes y reside en el parlamento, ejecutivo que aplica las leyes y reside en el gobierno, y judicial que juzga a quien no cumple las leyes y reside en los tribunales. Y la soberanía nacional reside en el pueblo y la ejerce mediante votaciones.
La ilustración cambió la división de la sociedad, durante el absolutismo el estatus social era determinado por el nacimiento. Los ilustrados dieron valor a la educación, cultura y ciencia, es decir a la meritocracia en lugar de la aristocracia, la división de la sociedad pasó a realizarse por la riqueza, diferenciándose entre clases bajas, medias y altas.
Los principales pensadores de la ilustración fueron Montesquieu (1689-1755) que propuso la división de poderes, Voltaire (1694-1778) que abogó por la libertad de pensamiento y la razón como medio para lograr la verdad, y Rousseau (1712-1778) que defendió que la soberanía nacional reside en el pueblo del que emanan los poderes del estado, en su obra El Contrato Social (1762), esta soberanía nacional la ejercemos en votando en elecciones libres.
El pensamiento ilustrado en economía dio lugar al liberalismo económico, su mayor exponente fue Adam Smith (1723-1790) creador del capitalismo, defendió la libertad de la economía sin intervención del estado, únicamente regulada por la ley de la Oferta y la Demanda.
Los reyes absolutistas del Antiguo Régimen intentaron acomodar estas ideas con ciertas reformas pero sin abandonar el poder, es lo que se llamó el Despotismo Ilustrado, su lema era “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, el máximo exponente en España fue Carlos III.
