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03.- La inquisición

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Durante la Edad Media convivieron en España tres religiones, la cristiana, la musulmana y la judía. Aunque cada una tenía su ámbito geográfico y sus barrios convenientemente delimitados, se originaron multitud de conflictos por intereses comunes en el ámbito político y social.

En el siglo XIV Europa atravesó por una pequeña edad glaciar que produjo malas cosechas, la consecuencia fue hambre y debilidad en la población que se convirtió en olas de epidemias. La más importante de estas epidemias fue la peste negra que acabó con 1/3 de la población.

Eran tiempos difíciles donde las pequeñas rencillas se exacerban y daban rienda suelta a envidias, sobre todo hacia los judíos, porque en tiempos de escasez prosperaban con el comercio y los préstamos con interés, o directamente con la usura. Estaba presente la expresión que Antonio Escohotado atribuye a los esenios (secta a la que pertenecía Juan Bautista), “la propiedad es un robo y el comercio su instrumento”, y que hoy en día reivindica cierta izquierda, sobre todo de la llamada “extravagante” por Antonio Bueno.

La Inquisición llevaba funcionando en Francia desde 1184, año en que se implantó para luchar contra los herejes cátaros, y después se empezó a utilizar en Aragón.

En Castilla se instauró el Tribunal del Santo Oficio en 1478 para mantener la unidad religiosa, luchar contra la apostasía, y más tarde contra la herejía, y sobre todo para acabar con los falsos conversos.

Algunos judeoconversos seguían practicando su fe de forma clandestina y la inquisición actuó en este periodo de forma contundente, algunas veces de forma indiscriminada por denuncias falsas, la mayor parte de las ejecuciones se llevaron a cabo en este periodo inicial.

En 1483 el papa designó como inquisidor general en España al dominico Fray Tomás de Torquemada, hombre culto, recto y muy estricto, que unificó los tribunales eclesiásticos locales en los tribunales de la inquisición.

En 1492 se publicó el Edicto de Granada mediante el cual los judíos que no se hubieran convertido se les pidió que se conviertan a la fe católica, en caso contrario serían expulsados de España. En Francia ya se los había expulsado en 1182, en Inglaterra en 1290, en Austria en 1421, a diferencia de estos países en España se les permitió llevarse sus posesiones.

La expulsión de los judíos en toda Europa tuvo causas religiosas, económicas y sociales. Había judíos que conspiraban contra la religión católica con blasfemias contra Jesucristo o la Virgen, también había católicos con una deuda importante con los judíos que crecía debido a la usura que se practicaba.

Se empezaron a practicar los autos de fe que eran ceremonias públicas, normalmente en la plaza de los pueblos, en las que se leían las sentencias del Tribunal y si se establecía la culpabilidad del reo se le quemaba en efigie, es decir se quemaba un muñeco que simbolizaba al ajusticiado. Menos del 2% de estos juicios acababan con el reo en la hoguera.

En la mentalidad de la época era importante la unidad religiosa, y la verdad se consideraba la religión católica, por eso no estaba mal visto que se persiguieran a los falsos conversos y a los herejes. El pueblo español en su mayoría era favorable al Tribunal de la Inquisición, no hubo ni una sola protesta, y se congregaban para ver los autos de fe en las plazas de los pueblos como si de un espectáculo se tratara, desde este punto de vista los Reyes Católicos buscaban la salvación de las almas de sus súbditos.

La inquisición fue una brutalidad llevada a cabo en Europa como una parte más de la lucha por imponer la verdad y de mantener la pureza de la religión. En España la inquisición evitó la entrada de ideas heréticas que provocaron las guerras civiles religiosas que asolaron Europa durante buena parte del siglo XVII ocasionando cientos de miles de muertos.

Mientras tanto España continuaba con su expansión en América, y se dio el siglo de oro español con una época de esplendor en las artes y las ciencias, con una lista de autores inacabable como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Góngora, Garcilaso de la Vega, Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Antonio de Nebrija, etc…, ninguno de ellos criticó la Inquisición, y en ciencias España lideró por ejemplo la navegación que permitió la primera vuelta al mundo.

A nivel jurídico la inquisición se considera como una extraordinaria obra del derecho procesal de aquella época, algunos encausados civiles blasfemaban para que los condenaran como herejes y los trasladaran a las cárceles de la inquisición que estaban en mejores condiciones que las civiles, y para que los juzgaran los tribunales de la inquisición con más garantías procesales.

Según diferentes expertos en el tema, la inquisición española en 350 años causó la muerte de entre 3.000 y 5.000 personas, 59 de ellas fueron condenadas por brujería. En Europa solo por este delito en un siglo se mataron 100.000 supuestas brujas.

En España a partir del siglo XVIII la inquisición prácticamente desapareció pero no fue derogada hasta el año 1834 mediante decreto firmado por la Regenta María Cristina.

Otros capítulos de esta serie

Reforma protestante y Masonería

01.- El concepto de verdad

02.- De la Edad Media a la Edad Moderna

04.- Antecedentes de la ruptura de la iglesia católica

05.- Martín Lutero

06.- Carlos V y la ruptura de la iglesia católica

07.- Otras iglesias protestantes

08.- Consecuencias de la ruptura de iglesia católica

09.- Las guerras de religión en Flandes

10.- Las guerras de religión en Francia

11.- Las guerras de religión en Inglaterra

12.- Guerra de los 30 años

13.- La Masonería

14.- La masonería en la independencia de los Virreinatos

15.- Religión y masonería

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