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11.- Las guerras de religión en Inglaterra

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Enrique VIII pretendía a Ana Bolena, pero estaba casado con Catalina de Aragón, hija de los reyes católicos. Con el pretexto de que Catalina no le daba un hijo varón, decidió pedir al Papa la nulidad de su matrimonio, pero como este no se lo concedió Enrique VIII decidió divorciarse de Catalina para casarse con Ana Bolena.

El 2 de marzo de 1534 el papa Clemente VII excomulgó al rey de Inglaterra, esto ocasionó la ruptura entre el rey y el papa, y el nacimiento de la Iglesia anglicana. Mediante el acta de supremacía, Enrique VIII fue proclamado jefe supremo de la Iglesia anglicana, y por supuesto confiscó todos los bienes del clero.

Ese acta de supremacía también proclamaba como traidores a los simpatizantes del papa, iniciando la persecución a los católicos muriendo miles de ellos, algunos se convirtieron en los primeros mártires, como Tomás Moro y Juan Fisher, ambos beatificados por el papa León XIII.

Enrique VIII también se cansó de Ana Bolena, que además no le daba un hijo varón, por lo que fue acusada de adulterio, incesto y traición, y decidió decapitarla.

Enrique VIII se casó 6 veces, la tercera fue Juana Seymour, que era presbiteriana una iglesia protestante con origen en Escocia, que le dará el ansiado sucesor, el futuro Eduardo VI, que fue el primer gobernante inglés protestante, pero murió con 15 años y le sucedió la hija de Catalina de Aragón, María Tudor I de Inglaterra e Irlanda y reina consorte de España por su matrimonio con Felipe II de España, que era católica.

“María sangrienta”, apoyada por su marido Felipe II, persiguió a los protestantes en las llamadas persecuciones marianas, incluso encarcelando a su hermanastra Isabel por apoyar a los rebeldes protestantes, aunque poco antes de morir sin descendencia y pensando que Isabel se convertiría al catolicismo, la declaro como sucesora.

A María la sucedió la última Tudor, Isabel I, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que tuvo que declararse protestante, pues de lo contrario sería hija bastarda de Enrique VIII.

Isabel restableció el Acta de Supremacía mediante la cual era obligatoria la asistencia a los ritos de la religión anglicana bajo pena de muerte, incluso obligando a los vecinos a denunciarse entre ellos si profesaban otra religión que no fuera la anglicana, es decir católicos, calvinistas, baptistas, luteranos, menotistas, etc.., durante sus 44 años de reinado decenas de miles de personas fueron asesinadas, expropiadas, encarceladas o tuvieron que huir a América.

En 1570 el papa Pío V declaró ilegítima a Isabel I, sufriendo varios intentos de asesinato. Esta aprovechó para acusar a su prima María Estuardo de conspirar para matarla. María Estuardo era reina de Escocia y reina consorte de Francia por su matrimonio con Francisco II, además de católica y preferida por el papa.

Isabel I tuvo bajo custodia a María Estuardo durante más de 18 años, y al final decidió decapitarla, hecho que acabó por convencer a Felipe II de intentar, aunque no lo consiguió, la invasión de Inglaterra mediante la Gran Armada en 1588.

A la muerte de Isabel I sin descendencia la sucedió el hijo de María Estuardo, Jacobo I de Inglaterra e Irlanda y VI de Escocia, reinos separados hasta ese momento y que pasaron a ser gobernados por la misma persona.

En Escocia el líder de la reforma era John Knox, que fundó la iglesia Presbiteriana, iglesia que predicaba que el rey estaba por debajo de Dios, en un mundo que triunfaba el absolutismo. Los integrantes de este movimiento fueron llamados “Covenanters”.

Jacobo I nació en 1566, fue rey de Escocia con 1 año de edad y era presbiteriano, pero en 1603 se convirtió al anglicanismo para ser también rey de Inglaterra e Irlanda.

A Jacobo le sucedió su hijo Carlos I, que tuvo que hacer frente a las “Guerras de los Tres Reinos”, o las “Guerras Civiles Británicas” (1639-1653). Escocia, Irlanda e Inglaterra se enfrentaron entre sí por motivos religiosos, principalmente por la primacía o no del rey sobre Dios, y por motivos políticos, principalmente por la negación de los nobles contra la centralización del poder del rey.

Carlos I, de la familia de los Estuardo, acabó juzgado y ejecutado por alta traición. Tiene el dudoso privilegio de ser el primer rey europeo en ser ejecutado en el patíbulo.

La victoria de las guerras civiles Británicas fue para el parlamento ingles comandado por Oliver Cromwell que primero invadió Irlanda y después Escocia, gobernando de forma autoritaria y nombrándose Lord Protector de la república.

A la muerte de Cromwell en 1658, Carlos II volvió a ostentar el título de Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda en 1660, era anglicano pero en su lecho de muerte se convirtió al catolicismo influenciado por su mujer Catalina Enriqueta de Portugal que era católica. A Carlos II le sucedió su hermano Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, también católico. Fue derrocado después de la Revolución Gloriosa y se convirtió en el último rey católico de Reino Unido. Fue sustituido por su hija y yerno, María II y Guillermo III de Orange, que eran protestantes anglicanos y jefes de la iglesia anglicana, hechos que se sucederán hasta la actualidad.

Otros capítulos de esta serie

Reforma protestante y Masonería

01.- El concepto de verdad

02.- De la Edad Media a la Edad Moderna

03.- La inquisición

04.- Antecedentes de la ruptura de la iglesia católica

05.- Martín Lutero

06.- Carlos V y la ruptura de la iglesia católica

07.- Otras iglesias protestantes

08.- Consecuencias de la ruptura de la iglesia católica

09.- Las guerras de religión en Flandes

10.- Las guerras de religión en Francia

12.- Guerra de los 30 años

13.- La Masonería

14.- La masonería en la independencia de los Virreinatos

15.- Religión y masonería

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