Siempre me han gustado las biografías, y siempre he mirado a las personas por encima de sus ideas políticas. Tanto Nin como Mercader fueron dos comunistas que vivieron intensamente el periodo de la Segunda República y la Guerra Civil Española, pero mientras el primero defendió esas ideas de izquierda de forma respetable, integra y honesta, el segundo lo hizo desde el rencor, el remordimiento y el odio.
Andreu Nin i Pérez, defensor de sus ideas de forma constructiva, fue admirador de la Revolución Rusa de 1917 y de la 3ª Internacional, incluso fue a Rusia para ver de cerca el régimen nacido del golpe leninista, pero regresó a España desencantado por lo que allí vio. Asistió al asesinato de Lenin en 1924, y a la expulsión de Rusia del segundo de este en 1929, León Trotski, y tuvo que huir a España después de enfrentarse al mayor genocida de la historia, Stalin.
Llegó a España cuando comienzó la turbulenta Segunda República fundando el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), partido revolucionario de izquierda, opuesto al estalinismo y a sus ramificaciones en España, o sea, el PC (Partido Comunista) y el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña).
Acabará muriendo en plena guerra civil española en 1937, torturado y asesinado por comunistas españoles, mandados por los comunistas de Stalin.
El caso opuesto es el caso de Ramón Mercader que defendió sus ideas de izquierda de forma destructiva, pasará a la historia por ser el asesino de León Trotski, el 20 de agosto de 1940 en México mandado por Stalin.
Hijo de Caridad Mercader, la pasionaria de Cataluña como la calificaban algunos, una espía estalinista que llegó a lo más alto de la KGB, y que planeó el asesinato de Trotski involucrando a su propio hijo, este fue condecorado cuando salió de la cárcel después de 20 años y está enterrado en un cementerio reservado para héroes de la Unión Soviética.
Nin y Marcader, ejemplos de la guerra entre las izquierdas dentro de la guerra civil española.